Desarrollo de la resiliencia para un balance de vida
- Nolly Cole
- Sep 19, 2017
- 3 min read

“Nuestro miedo más profundo no es el ser inadaptado. Nuestro miedo más profundo es saber que somos poderosos más alla de la medida. Es nuestra luz, no nuestras sombras lo que más nos asusta”.
Anónimo
En Neurociencia, la resiliencia tiene que ver con la capacidad para afrontar una situación adversa, superarla y salir fortalecido. Llevándola al entorno laboral hace referencia a la habilidad que permite estar preparado para aprovechar conflictos, debilidades y amenazas como fuente de oportunidad y desarrollo, aprendiendo del proceso de cambio. Además es una habilidad fundamental a la hora de llevar a cabo nuestro trabajo de la manera más productiva posible, sobre todo en épocas de incertidumbre en las que salir fortalecido de las complejidades dependerá, en gran medida, de cómo las gestionemos emocionalmente.
En el entorno laboral, siempre podemos encontrar a ese compañero o trabajador que a pesar de soportar el aumento de la exposición a factores de riesgo psicosocial , acaba rápidamente aceptando las condiciones y adaptándose a los cambios de forma natural, encontrando estrategias propias para elaborar planes de acción que resuelven las nuevas situaciones a las que se enfrenta. Este, por ejemplo, es el caso de un equipo de alto rendimiento cuyo líder deja la compañía para dar paso a un nuevo Gerente. Frente a este cambio el equipo experimenta diferentes tipos de miedo, siendo el más común, el ser separado de la organización. Sin embargo, en estos equipos encontramos trabajadores que destacan en alinearse al estilo del nuevo gerente, personas que ven el cambio como una oportunidad de aprendizaje, de utilizar competencias que no sabía que las tenía, de enriquecerse de estas dificultades. De esta manera a través de su ejemplo ayudar al resto del equipo a aceptar el cambio. No hay que confundir sacrificio y resignación con resiliencia; resiliencia es cambio.
La resiliencia no es sinónimo de invulnerabilidad se tiene que tomar en cuenta que la esencia de la resiliencia es la diferenciación que hace uno mismo de lo que le es adverso. Este es el espacio entre mi yo (Competencias emocionales) y todo lo que lo amenace, lo abuse, humille, lo avergüence o lo haga de lado.
Se piensa que ser una persona resiliente implica no haber experimentado momentos en los que nos sentimos profundamente afectados o hasta incluso haber tocado fondo, muy por el contrario una persona resiliente identifica estos sentimientos, producto de la situación adversa y los gestiona de manera constructiva fortaleciendo así su habilidad de ser resiliente.
La resiliencia se mide por la capacidad de caerse, expermientar lo que se siente cuando uno está perdido o afectado, sentir y reconocer que necesitamos del otro, aceptar que no tenemos todas las respuestas y que no estamos en control permanentemente.
El tratar de evaluarnos por nuestras reacciones en estos momentos adversos sería injusto para uno mismo. Ser resiliente es simplemente perseverar, afectarse en forma relativa, conocer algunas respuestas, tener madurez, desarrollo, profundidad, sabiduría, compasión por uno mismo y otros y sobre todo la capacidad de conectarnos con nosotros mismos y con otros.
Las personas resilientes favorecen a la empresa no solo en la superación en el día a día, sino en alcanzar un buen clima laboral. Como sabemos la globalización y la era digital hace que el cambio sea parte de nuestras vidas laborales, por lo tanto el contar con personas resilientes permite a la organización ser más eficiente en la logro de sus objetivos.
¿Se puede aprender a ser resiliente?
La respuesta es SI. Es una habilidad que puede ser lograda a través de la reflexión sobre la forma como gestionamos todo lo adverso que se nos presenta en nuestras vidas, en espacios de coaching individual y grupal.
Dra. Nolly Cole















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